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psicología & psicoterapia & coaching
La Terapia Gestalt
¿Qué es la terapia Gestalt?
La terapia Gestalt es un enfoque psicoterapéutico que pertenece a la psicología humanista. La terapia Gestalt profundiza la conciencia de lo que está sucediendo en el momento presente a nivel mental, emocional y corporal. De esta manera, entramos en contacto con nuestras necesidades, miedos y heridas pasadas. No buscamos en el pasado, sino que experimentamos en el aquí y ahora. En la terapia Gestalt trabajamos con ejercicios, experimentos y diferentes métodos orientados al cuerpo. El objetivo es poder vivir nuestra vida de manera libre e independiente.
Durante el proceso terapéutico, centramos nuestra atención más en la experiencia que en hablar sobre algo. Observamos lo evidente y lo obvio, que a menudo el cliente apenas percibe. Se desarrolla cada vez más conciencia, y nos descubrimos a nosotros mismos de nuevo. En este proceso, reconocemos nuestras programaciones, creencias y lo que se llama punto ciego. Es decir, a menudo tenemos una imagen de nosotros mismos que no coincide con cómo somos percibidos por los demás. La tarea del terapeuta es acompañar el proceso de «reconocimiento» y facilitar la solución o integración. El proceso terapéutico favorece nuestra capacidad para conectarnos con los demás y encontrar satisfacción. Con la metáfora de la cebolla que se pela, describimos cómo durante el proceso terapéutico nos acercamos cada vez más al núcleo interno del ser.
El fundador, Fritz Perls, dijo que la terapia Gestalt era demasiado importante como para limitarla solo a personas enfermas. En este sentido, el enfoque terapéutico comprende por un lado un aspecto curativo, que favorece la desaparición de los síntomas y la resolución de los problemas, y por otro lado, la terapia Gestalt también es una técnica que promueve el crecimiento, el desarrollo personal y una actitud saludable que nos ayuda a disfrutar de la vida.
La palabra Gestalt implícitamente significa que el todo es más grande que la suma de sus partes. Por lo tanto, lleva a una visión holística, en la que consideramos a la persona como un todo, como un organismo. No se desvinculan los síntomas y se tratan individualmente, sino que se busca reconocer qué papel desempeñan estos síntomas en nuestra vida. Muchos comportamientos los necesitamos como niños para sobrevivir y los repetimos ahora automáticamente, aunque nos limiten y ya no sean apropiados.
¿A quién ayuda la terapia gestalt?
La terapia Gestalt ayuda a cualquier persona que esté seriamente dispuesta a trabajar en su autoconocimiento. El terapeuta Gestalt ayuda a su cliente a encontrar nuevos caminos, sin proporcionar soluciones preconcebidas, sino trabajando de forma individualizada.
Con el apoyo del terapeuta, el cliente descubre por qué no puede permitir su potencial de crecimiento. Solo el 5% de nuestras acciones diarias son conscientes, el resto del tiempo vivimos en un estado de funcionamiento automático. Dinámicas relacionadas con el miedo, el dolor, la vergüenza o impulsos simples, como querer ser vistos por los demás o hacer lo correcto para recibir amor, son algunos de los muchos mecanismos que determinan nuestras acciones. Cuando estos mecanismos aparecen en situaciones inapropiadas, los sobrevaloramos de manera unilateral. Como resultado, limitamos nuestra capacidad para percibir la realidad actual de forma imparcial y enfrentarnos a ella.
Raíces de la terapia Gestalt
La terapia Gestalt es un enfoque terapéutico que está muy abierto a nuevas técnicas, pero las relaciona de manera coherente entre sí. Es importante tener una actitud anclada en el momento presente, que coloque la conciencia y responsabilidad de nuestras acciones en primer lugar.
La terapia Gestalt fue desarrollada por Fritz y Lore Perls en la primera mitad del siglo pasado. El nombre «Gestalt» y algunas influencias, principalmente los famosos experimentos sobre percepción humana, provienen de la escuela de la psicología gestaltista alemana.
En el ámbito terapéutico, sin embargo, las influencias del psicoanálisis, y sobre todo de sus disidentes como Carl Jung y Wilhelm Reich, son más importantes. Perls estaba muy interesado en el trabajo de Wilhelm Reich, quien investigó las tensiones musculares crónicas en el cuerpo, que llamó «armaduras musculares», y las relacionó con experiencias psicológicas en la infancia. De ahí la importancia que la terapia Gestalt asigna al cuerpo. El inconsciente colectivo de Carl Jung también fue una valiosa inspiración.
Otra persona influyente en la vida de Fritz Perls fue Jakob Levy Moreno, quien influyó con sus técnicas teatrales, psicodramáticas y expresivas.
El filósofo alemán Salomo Friedlaender le proporcionó a Perls una visión de algo nuevo con su teoría de la indiferencia creativa. A diferencia de los gestaltistas que se ocupaban de la diferenciación de la percepción, Friedlaender captó «el centro entre los polos diferenciados». Llamó a este centro «indiferencia creativa». Se refiere al todo del que los opuestos se cristalizan primero y luego se muestran como polaridades (opuestos). Más tarde, Perls conoció la meditación zen y pudo desarrollar aún más esta comprensión del vacío que al mismo tiempo está lleno de vida.
La fenomenología también desempeña un papel importante en la terapia Gestalt. La fenomenología parte del supuesto de que, durante el proceso de percepción, asignamos directamente un significado a lo que observamos. Cada persona percibe las mismas situaciones de manera diferente y les da interpretaciones subjetivas que luego determinan nuestras acciones, en referencia a la forma aprendida de interpretar la situación. Esta afirmación explica como muchas veces asignamos un significado al presente desde la interpretación que hemos aprendido en el pasado. Desde esta percepción sesgada repetimos la misma conducta y nos extrañamos de que obtengamos los mismos resultados a veces indeseados.
En resumen, la terapia Gestalt es una forma única y efectiva de terapia que se enfoca en la totalidad de la experiencia humana, el cuerpo y su relación con los aspectos emocionales y mentales de una persona. La terapia busca ayudar a liberar tensiones musculares crónicas en el cuerpo, promoviendo la conciencia y el bienestar emocional y psicológico en el momento presente. Además, el enfoque holístico de la terapia Gestalt ayuda a las personas a comprender su propia experiencia y a encontrar nuevos caminos hacia el crecimiento personal.
La actitud saludable a la que se hace referencia en la terapia Gestalt es una actitud que promueve la autoaceptación, la autenticidad, la responsabilidad y la apertura a nuevas experiencias. Se trata de una actitud que permite a las personas enfrentar los desafíos de la vida de manera más efectiva y satisfactoria. En la terapia Gestalt, se busca promover esta actitud saludable para que los clientes puedan llevarla consigo más allá del proceso terapéutico y aplicarla a su vida cotidiana.
